martes, 17 de enero de 2017

Filipinas. El Nido, Palawan

Hoy hemos cogido un avión desde Manila para ir a Él Nido, en la isla de Palawan. Salía a la siete, así que hemos ido a la parada de taxis a las cuatro y media con la esperanza de que a esas horas no hubiera atasco. Nuestra sorpresa ha sido que, aunque había varios coches en la parada, sólo uno de los taxistas estaba despierto y al decirle que necesitábamos otro nos ha dicho que imposible, que estaban durmiendo ¿?. Hemos tenido que parar a otro en la calle principal. Pero al final hemos llegado a tiempo a la terminal 4 del aeropuerto de Manila, que es de lo que se trataba.



Pasamos el control sin ningún problema y nos hemos puesto a esperar en la puerta que nos correspondía. Pero antes la compañía nos ha dado una bolsita con el desayuno: una botellita de agua, un sándwich y un brownie. Así que solo hemos tenido que comprarnos un café para acompañarlo. Volamos con una línea llamada Air  Swift, aviones muy pequeños que aterrizan en el aeropuerto de El Nido, básicamente una pequeña pista al lado de la playa.



El vuelo ha sido bueno, poco más de una hora sobrevolando islas hasta llegar al norte de la isla de Palawan, la más occidental de las Filipinas, dónde se encuentra El Nido. La terminal es un edificio de madera con el techo de paja y la pista está tan cerca de la playa que te da la impresión de que vas a aterrizar en el agua. Nos recibieron unas mujeres vestidas con trajes regionales cantando.



Llamamos al hotel que nos mandó el transporte. El resort esta a un par de kilómetros pasado el pueblo, en Corong Corong, y está muy bien. Son cabañas individuales, grandes, limpias y con una bonita decoración. Una cuidada piscina y la vegetación exuberante completan el conjunto.



Como nos han dicho que para hoy ya han salido todas las excursiones a la Bahía de Bacuit, hemos decidido ir en unos triciclos, por 150 pesos tres personas, a una playa que hay cerca y que se llama Las Cabañas. Es realmente bonita, de arenas blancas y aguas que van del marino al turquesa pasando por todos los tonos posibles de azul.




Está frente al Archipiélago de Bacuit, donde iremos mañana. Pasamos la mañana allí y comimos en un chiringuito a pie de playa. Tiene incluso una zona en la que han puesto una tirolina que va hasta un islote que hay enfrente. Cada vez me apetece más probar lo de la tirolina. Cualquier día de éstos...





Por la tarde regresamos al resort y la pasamos en la piscina y la terraza de la cabaña hasta que casi empezó a anochecer y bajamos a la playa de Corong Corong a ver la puesta de sol.



Esta playa no es buena para bañarse porque está llena de barcos y la arena poco sucia, sin embargo las vistas del atardecer que se tienen desde aquí son preciosas y puedes disfrutarlas tranquilamente tomando algo en uno de los muchos chiringuitos que la bordean.


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